Estamos de aniversario, recordamos con un poco de historia a esta Cofradía encomendada a Nuestra Señora y al Santo de Asís, fundada en la época de la Cristiandad:
La Cofradía de Nuestra Señora de los Ángeles y San Francisco de Asís es una de las cofradías más antiguas de la ciudad de Zaragoza. Según los documentos, la fundación de la cofradía data del día 16 de enero del año 1370 en el convento de San Francisco, muy vinculada al nacimiento de la Archidiócesis de Zaragoza.
Posteriormente, en 1422, se fusionaría con las
cofradías de San Francisco de Asís y de San Lucas Evangelista. En 1509
obtendría la Carta de Hermandad de los frailes menores de San Francisco de Asís
con lo que pudieron construir una capilla dentro del convento de San Francisco.
Tras la guerra de la Independencia y las desamortizaciones se pierde mucho del
patrimonio de la Cofradía. En 1835 se traslada a la iglesia de Santa Isabel de
Portugal y vuelve a trasladarse en 1846, esta vez a la iglesia de las
religiosas clarisas de Jerusalén. En 1943 la Cofradía fijó su sede en el convento
de las religiosas clarisas de Santa Catalina, y finalmente en 2018 la Cofradía
fija su sede en la iglesia de San Felipe y Santiago el Menor.
Seis
son sus festividades principales: la de Nuestra Señora de los Ángeles, el día 2
de agosto, la Asunción de Nuestra Señora, el día 15 de agosto, el Patrocinio de
Nuestra Señora, el 2º domingo de noviembre, la Purísima Concepción, el 8 de
diciembre, la Purificación de Nuestra Señora, el día 2 de febrero, y la fiesta
de San Francisco de Asís, el día 4 de octubre.
Entre
sus finalidades distinguimos dos: en primer lugar, las espirituales, gran
anhelo fue procurarse de los Pontífices, la mayor suma de gracias, indulgencias
y jubileos para cofrades y sus almas, obras de amor y caridad con los vivos y misas
con los difuntos; entre los muchos recogidos, se tiene el excepcional
privilegio de que puedan tributárseles honores solemnes en tiempo de entredicho
al cofrade difunto y el poder lograr Indulgencia Plenaria todos los días del
año y en cualquier hora y día con solo rezar en nuestro altar tres Padrenuestros,
Avemarías y Glorias, a la intención del Sumo Pontífice. Y, en segundo lugar, la
finalidad social, han destacado las tradicionales "dotes", dotar
doncellas “hijas de mayordomos y de padres pobres” o “algún cofrade venga a
extrema necesidad de pobreza”, a título de gracia y con un carácter claramente
benéfico muy importante en la sociedad en la que se insertaba de manera gremial;
hoy, en la actualidad, con otras circunstancias y menores medios después de la
Guerra de la Independencia y las desamortizaciones, se tratan de materializar
en la ayuda a mujeres embarazadas en situación precaria con el pensamiento dirigido
a la solución del aborto.
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